Buenos días. Soy Ángeles Santos Torroella, pintora surrealista, expresionista, postimpresionanta de la época del siglo de oro de las mujeres de España, perteneciente a la generación del 27. Nací el 7 de noviembre de 1911 en Portbou, un municipio de la provincia de Gerona en España que limita con comunas de territorio francés. Durante mi adolescencia, comencé a interesarme por el dibujo y la pintura a la edad de los 14 años durante mi etapa en el colegio, en el Internado de las Esclavas Concepciones de Sevilla. Un par de años más tarde, mis padres decidieron irse a vivir a Valladolid, ciudad donde recibí clases del pintor italiano Cellino Perotti y con su ayuda, pinté a mis 18 años un óleo de gran formato llamado 'Un mundo' que representa un extraño planeta surrealista el cuál más tarde fue expuesto en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Cristóbal Hall dirigió la Escuela Pictórica en Valladolid de tendencia figurativa, moderna y cercana a los ideales de nuestra Generación del 27. Por ello, mi estética evolucionó vertiginosamente acorde con los ideales propuestos por la escuela y distante a lo propugnado por la escuela de raigambre vernácula dirigida por Anselmo Miguel Nieto. Tras realizar un par de exposiciones dónde actualmente vivía en Valladolid, participé en la exposición más importante en ese momento de Madrid, el IX Salón de Otoño de Madrid de 1929 incrementando mi popularidad teniendo así la oportunidad de poder publicar artículos que dieron razón de mi talento y mis pinturas mezclando el surrealismo y el expresionismo a hombres intelectuales como Jorge Guillén, Ramón Gómez de la Serna, Manuel Abril, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca, Guillermo Díaz-Plaja, Joan Teixidos... en 1931, recién cumplidos los 20 años, realicé una exposición individual en París y, años más tarde, participé en las exposiciones organizadas por la Sociedad de Artistas Ibéricos en San Sebastián y Copenhague. Mi etapa de éxito continuaba cuando fui invitada a exponer en la muestra colectiva del Carnegie Institute de Pittsburgh, en Estados Unidos. en 1933, me trasladé a Barcelona. Durante este periodo, dejé de pintar debido a mi matrimonio con Emilio y el nacimiento de Julián mi primer hijo. También, desconecté un poco del mundo artístico porque la estética que tenía frente al Noucentismo catalán entró en crisis tras calificarla de dura y poco amable debido a mi tilde expresionista y oscuro cromatismo. Cuando volví a la pintura, me dulcifiqué y abordé termas como el retrato, interiores urbanos y paisajes marítimos de la ciudad condal. Fallecí en mi casa el 3 de octubre de 2013. Mi obra puede dividirse en 3 etapas distinguidas por mis estancias en las diferentes ciudades: Valladolid, Madrid y Barcelona.
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